Sijil
De un vientre vengo, ofrenda de vida.
Ombligo mío, se una al tuyo mi Luna.
El acercó sus manos a donde todo palpita.
Vivos y Muertos comparten la mesa…
Nunca jamás solos, mis manos, las tuyas.
Que ofrenden a un Dios, sin importarnos el nombre.
Mi mesa no tiene cuatro. Ni tres ni dos patas.
Debe tener sólo una; cuadrada y sólo una.
Naciendo del vientre. Giraste tu Cabeza torcida
Descansa, comparte. Él siempre nos mira.
En tu vientre vierto. Mi ofrenda de Vida.
© 2024 - Sijil